A la hora de elegir un anillo con brillantes, hay 4 conceptos fundamentales que debemos tener en cuenta para seleccionar el correcto y que definirán a su vez el precio del mismo.
1- La talla es el factor más importante. Hace referencia a la posición, la forma y el ángulo precisos de las facetas de un diamante que, en conjunto, crean ese asombroso brillo.
Visto el diamante desde arriba, la simetría y la precisión perfectas de la talla del diamante son incluso más visibles y espectaculares.
Dentro de la talla, podemos encontrar diferentes formas de diamantes:
2- “Quilate” es la medida del peso de un diamante. Por sí solo, el quilate no determina el valor de un diamante. Dos diamantes con el mismo peso en quilates pueden variar notablemente de precio. El objetivo de la talla de los diamantes es siempre potenciar al máximo el brillo de los diamantes. El quilate se divide en 100 puntos (centésimas de quilate), es decir, un diamante de 0,25 quilate tiene un peso de 25 puntos.
3- El diamante ideal es transparente. Los diamantes pueden parecer incoloros, pero pequeñas impurezas en cada piedra crean sutiles tintes de color. A cada piedra se le da una calificación de color conforme a una tabla precisa que va de la “D” (incoloro) a la “Z” (saturado). El color del diamante es tambien un factor determinante en el precio del mismo. Mientras más se acerque al color D, más alto sera su valor.
4- Pureza: Una piedra es evaluada como libre de imperfecciones si, al verla con una ampliación de 10 aumentos, no se ven imperfecciones internas (nubes, plumas, puntitos) ni imperfecciones externas (arañazos, marcas, hendiduras). Los diamantes libres de imperfecciones son extremadamente excepcionales y tienen un precio conforme a sus características.
La pureza se clasifica en criterio de la siguiente forma, siendo el FL el más puro y el I3 como el más impuro.